Cultura

En la raíz del tiempo

Por Eva Aguilera

“El futuro solía ser una continuación del presente, con todos los cambios perfilándose a lo lejos en el horizonte. Ahora el futuro y el presente son una misma cosa”

de “Stalker”, de Tarkovsky

I- DEMERSAL

Dicen que cada línea de los troncos

es un año que pasa.

Que en las manos

está trazado el sino,

que una montaña es viento

y que una roca

va a ser arena pronto

o tierra.

Hay quienes aseguran

la edad del universo y dicen

que en cada diente

tallados con agujas de relojes,

se adivinan

días.

El tiempo tiene cuerpo y muta

repta, trepa, se yergue, desfallece

juega a nacer

finge su propia muerte

toca con sed, borda la piel,

raspa, desgasta, muerde.

El tiempo no sucede. No es

sino en las cosas:

espejismos y formas, anclas

para que existan hoy, ayer, mañana

Mañana es un invento

que arrastra hacia adelante,

una palabra dicha en broma.

II-ABISAL

En el muelle hay un hombre

que tira un mediomundo, arrastra

con poca fuerza y fe y espera. Repite el ejercicio de memoria

como quien fuma o como quien recuerda.

Con mucha o poca suerte entiende

que toda trampa es una red ligera

que ha errado en la manera

pero es tarde.

La idea más oscura flota

saca el brazito izquierdo, lo sacude.

Si se hunde, mejor. Pero lo llama

y esto ya lo sabemos:

todo lo bueno está en el fondo.

III- TALUD

hay que callar

cuando los autos enloquecidos frenan

antes del golpe

antes de la bocina o la sirena

hay que callar

callarse

con la garganta llena de piedra o llanto

hay que callar

hacer silencio

cuando no te recuerden

pero pagues las deudas a tu nombre

cuando te griten bestias

o te empujen los muertos

hay que callar

con frío

con hastío

con un bolso de tierra atado al cuello

convertirse en silencio

como un acto de olvido

ir al fondo

sin voz.

IV-HADAL

Yo quiero que el agua se quede sin cauce

que anide en mi boca

la sombra, estancada

que trence mi pelo la red

que me aten

con algas oscuras los pies que no muevo

Yo quiero que el agua se quede sin cauce

caer de rodillas

rezar para oírme

golpear a latidos, sin música,

el tiempo.

Quedar en el agua, ser agua

en silencio.

Yo quiero que el agua se quede sin cauce

que anide en mi boca

celeste, un cardumen

que corte la red

que desate

con versos más claros la voz que no digo.

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